No existe una definición inequívoca de arquitectura sostenible, ni tampoco de
construcción sostenible -o verde, o ecológica-.
The Economist, por ejemplo, hace hincapié en lo difícil que es
calcular el grado de sostenibilidad de una casa o edificio, de modo que la
llegada de varios sistemas de certificación medioambiental tales como el
estadounidense LEED, el más conocido, ayudarán a clarificar este emergente
mercado.
En la construcción sostenible, materiales y tecnologías arquitectónicas
nacidos en centros tecnológicos se entremezclan con conceptos ancestrales y
métodos industriales.
Asimismo, existen productos destinados aumentar la eficiencia energética y
medioambiental de las casas y edificios ya construidos: instalación de paneles
solares térmicos (para calentar agua sanitaria) y fotovoltaicos (producción de
electricidad); mejorar el aislamiento de ventanas y cerramientos; instalar
iluminación y electrodomésticos de bajo consumo; entre otras medidas.
La lista de materiales empleados en un proyecto de construcción sostenible, por
ejemplo, varía tanto como el tipo de construcción o reforma que se lleva a
cabo.
Bambú, balas de paja, madera procedente de bosques gestionados con
responsabilidad (existen métodos de certificación para reconocer esta cualidad),
piedra de cantera, piedra reciclada, metal y otros productos reciclados,
reciclables, renovables, no tóxicos (lana, ladrillos, bloques y paneles
elaborados con papel, tierra comprimida, adobe, arcilla, tierra cocida, corcho,
coco, platos de fibra vegetal), y un largo etcétera.
Por sus características -coste, durabilidad, carácter aislante-, incluso el
cemento puede encajar en un proyecto de construcción sostenible.
Edificar una casa prefabricada no requiere los mismos recursos y técnicas arquitectónicas que
la edificación de una casa, un edificio residencial, un rascacielos, o un gran
edificio funcional (hospital, aeropuerto).
Y ya se trate de un habitáculo de 30 metros cuadrados o de un gigantesco
rascacielos, la construcción sostenible aboga por emplear no sólo materiales de
construcción naturales, funcionales y no tóxicos, sino producidos localmente,
para minimizar al máximo el coste energético derivado de su transporte.
No obstante, desde la pequeña casa prefabricada hasta la terminal de un
aeropuerto, existen métodos y preceptos fundamentales para asegurarse de que la
construcción cumple con las principales prácticas de la arquitectura sostenible.
Juan José Campos y Javier Cejudo, socios
fundadores de Xilacurve han diseñado una maqueta de vivienda portátil,
móvil y de fácil montaje mediante madera; que además cubre las
necesidades y objetivos de cualquier casa de la actualidad. La novedad esta en su diseño tipo iglú que pueden ser ampliados con el tiempo
dependiendo de gustos o necesidades.
Al ser ecológico resume las cualidades principales del proyecto según sus creadores,
quienes han inventado e ideado un prototipo de
vivienda destinada a jóvenes, acorde con el ritmo de vida que se impone hoy en
día.
Esta formada por 12 habitaciones, entre los que se incluye cocina y baño.
Es una buena manera de crear un hogar diferente y cómodo. Además de ser ecológico, es una buena experiencia de vida. Os recomendamos que tengais una si teneis la oportunidad.